VÍNCULOS EN TIEMPOS REVUELTOS

Seguramente el final de una relación lleve a cuestas muchas pequeñas muertes que van dejando exhausto el latido de ese vínculo hasta que se para. A pesar de todo, siempre hay una sensación de sorpresa y también una resistencia a la ruptura. Así, a veces, nos aferramos a un río seco evocando el abundante caudal que un día corrió por su cauce, y nos sentimos muy tristes al no comprender qué llevó a esa sequía. Quizá el fin llegó por una acción imperdonable, quizá por una suma de pequeñas acciones, en principio perdonables, pero que al unirse generaron algo insostenible. En otras ocasiones, por más que indagamos, nunca supimos qué ocurrió, dejamos pasar demasiado tiempo para tener esa conversación o, simplemente, la vida separó los caminos sin más.

En estos tiempos de grandes sacudidas en todo los niveles, se ha puesto mucho más que nunca en evidencia la fortaleza y la verdad de muchas de nuestras relaciones. Es en los episodios más duros y significativos de la vida cuando se caen las máscaras de los vínculos y se muestran con total claridad los materiales de los que estaban hechos sus cimientos: si estos eran lo suficientemente fuertes o tan endebles que han acabado por derrumbarse.

Como muchas otras personas, he vivido situaciones muy complicados durante estos meses. No es necesario hacer un relato de todo lo ocurrido a mi alrededor ni contarle al mundo cuando no sabía si mi ahogo al respirar era del virus o de la desazón que me dominaba día a día. Ahí no nos podemos exigir mucho, solo dar el aliento que nos queda a los que más cerca tenemos y a los que más nos necesitan: nuestros seres queridos más frágiles. 

A pesar del propio ahogo, puedes hacer el esfuerzo de comprender al otro, aunque no haya estado presente como deseabas, porque quizá su propio ahogo no se lo haya permitido. También es normal buscar remansos de paz, donde nadie exija nada, donde solo haya comprensión y calidez, descubriendo así que quien consuela y entiende tu dolor, es porque ama tu dicha. Algunos quizá llamen a esto egoísmo, pero está más cerca del instinto de protección y supervivencia, del sano autocuidado. 

Si no somos capaces de comprendernos en estos procesos, aunque nos lleve un tiempo, aunque tengamos que recomponer los cimientos dañados de la relación, dejando a un lado nuestro orgullo herido, ¿en qué momento lo vamos a hacer? Todo dolor es digno de ser visto, de ser reconocido, de ser acunado por aquellos que quieren y pueden generosamente sostenerlo, y en cuanto a los que no pueden o no quieren o ambas cosas, hagamos el esfuerzo de entender sus razones, entendiendo las propias, tan justificadas por lo dolorosamente extraordinario de estos tiempos revueltos.

4 comentarios en “VÍNCULOS EN TIEMPOS REVUELTOS

  1. Qué bonitas y profundas reflexiones Llanos. Tus palabras son esenciales y me recuerdan lo que compartimos los seres humanos. Reconocer la fragilidad y desprendernos del apego nos hace grandes. Gracias.

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  2. Cómo expresas sentimientos tan intensos y doloroso de manera tan sutil,hasta que los reconocemos y lo amamos y se abre una fragilidad que está entre el apegó y el amor que se siente.Gracias.

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